martes, 14 de enero de 2014

El banquete del amor

No coincido estrictamente con ninguna de las cuatro posturas expuestas en el texto, pero si que me gustaría resaltar la postura de Agatón; quizás me ha gustado por el sentido poético que presenta y que la difiere de las demás, o quizás simplemente es que de verdad me gusta esa forma de ver el amor. ''El amor es naturaleza divina, es el dios más hermoso, más tierno y más delicado''. Otra frase que me gustaría resaltar de Agatón es aquella en la que define el ''dios'' amor como el más sutil, ''porque si no no podría, como lo hace, introducirse en todas partes, penetrar en todos los corazones y salir del mismo modo''. Debo admitir que en esta parte, si que comparto estrictamente esta postura. No podemos controlar nuestros sentimientos por mucho que lo intentemos o por mucho que otros intenten hacerlo. No elegimos de quien nos enamoramos. No elegimos donde depositamos nuestro amor. Es por eso por lo que el amor es algo sutil, llega sin hacer ruido, sin pedir permiso. ''Me enamoré de él de la misma forma en la que te quedas dormido, poco a poco y después de golpe'' es una de mis frases favoritas de uno de mis libros favoritos, ''Bajo la misma estrella'', he querido resaltarla porque encaja perfectamente en el tema, y aparte, es preciosa.

El concepto y la palabra ''amor'' es algo tan grande, tan personal y tan abstracto que me resulta difícil hablar sobre él aún y cuando lo he sentido. Solo sé que todo el mundo en su vida lo siente alguna vez, y que incluso cuando no saben definirlo, saben que es el sentimiento más puro que hay. No es necesario sentirlo hacia otra persona mediante el hecho de enamorarte. Puedes sentir amor hacia tus padres, hacia tus hermanos, hacia tus ídolos, incluso hacia tus mascotas. Hay millones de tipos de amor, millones de formas de expresarlo, millones de formas transmitirlo porque somos millones de personas en el mundo, millones de corazones. Cada uno con su forma de ver el mundo, con su forma de querer, cada uno con sus sentimientos y sus actos por ellos, ya sean locos o recapacitados. Cada persona es un mundo y es imposible intentar sentir lo mismo que siente otro. Ninguno de nosotros llegará a comprender al cien por cien lo que siente otro (o la forma en la que lo siente) al igual que ninguno de nosotros sentiremos las mismas cosas. No quiere decir esto que los sentimientos de una persona sean mejores o peores que los de otra, ni que sean más o menos fuertes o más o menos reales. Simplemente diferentes. Diferentes como cada uno de nosotros.